Esta muestra de valentía de la arquitectura doméstica del París del siglo XVII, diseñada por Le Vau, decorada por Le Brun y situada en uno de los extremos de la Isla de San Luis se encuentra ante una inminente amenaza de transformación radical.
Si bien las diversas reformas a las que fue sometido a lo largo de los siglos no alteraron ni su distribución ni la autenticidad de su estructura, el último proyecto desvelado recientemente, prevé someter al palacete del siglo XVII a las nuevas exigencias de una vivienda de lujo y devolver los exteriores a un estado original idealizado y por tanto irreal. La subdivisión arbitraria del interior en distintos apartamentos conlleva la demolición de una parte considerable del edificio original, a la que se añade la proliferación desproporcionada de conductos técnicos para las instalaciones de fontanería, electricidad, aire acondicionado y ascensores. Las reducidas dimensiones de la parcela requerirían, para acomodar estas funciones, el sacrificio de plantas y sótanos que hasta ahora han permanecido intactos. Se prevé también el desmantelamiento su jardín colgante, cuyo muro de contención se abriría hacia el Sena para conformar la entrada de un garaje.
Especialistas, facultativos y principiantes en la materia de todos los rincones del mundo solicitan respetuosamente la presencia del Gobierno Francés y del Ministerio de Cultura para reorientar el proyecto de restauración, el cual, tal y como se plantea, es una burla a las teorías y a las prácticas que prevalecen en materia de conservación en el plano internacional.